El Todopoderoso
demanda estrictos requisitos de rectitud, obediencia y santidad para los que
van a liderar su pueblo. Yeshúa en su época reprendió a los sacerdotes por no
practicar lo que enseñaban y poner cargas pesadas sobre los demás, haciendo que
el primer lugar lo ocuparán ellos mismos y no el Padre. Lo mejor, lo más puro,
lo santo es para YHVH. ¿Cómo están actualmente nuestras ofrendas para El
Eterno? ¿Ocupa El, el primer lugar de nuestra vida? ¿Le dedicamos
lo mejor de nuestro tiempo? ¿O solo el tiempo que nos sobra? ¿Si no hay más que
hacer entonces venimos al Padre? ¿O es el día de reposo más importante que
cualquier actividad en nuestra vida? Examinemos como esta nuestra
relación con YHVH, ya que Él desea que lo amemos con toda nuestra mente,
todo nuestro corazón y todas nuestras fuerzas.
Levítico
21 - Mandamientos para los sacerdotes:
1
YHVH dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se
contaminen por un muerto en sus pueblos. 2
Más por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por
su hermano, 3 o
por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se
contaminará.