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Parasha 30 Kedoshim - Santos


Esta porción es una continuación de la anterior, por eso es importante leerlas en secuencia para entender que YHVH quiere un pueblo santo y para esto necesitamos entender el concepto de santidad: En el contexto hebreo la palabra santo significa apartado de, diferente, conforme a ciertas reglas.

Si miramos rápidamente la Toráh desde Génesis hasta lo que hemos estudiado al día de hoy, veremos que el motivo por el cual YHVH creó el mundo, es porque quería un lugar para habitar con su creación, pero el primer hombre desobedeció, y como consecuencia de su pecado fue separado de la presencia del Creador. Más adelante YHVH escoge un hombre justo, Abraham y hace un pacto con él y para con su descendencia, la cual sería tan numerosa como las estrellas del cielo, será su pueblo, YHVH eligió de entre todas las naciones del mundo un pueblo llamado Israel, el cual se comprometería con Él como su esposa. YHVH le da a este pueblo unas regulaciones especiales que lo diferenciarían de los demás pueblos de la tierra.

De nuevo, como al primer hombre, le da la oportunidad de escoger cumplir o no con Su voluntad, para que un día habite definitivamente con Él. YHVH ama toda su creación y es por eso que le promete a Abraham que su descendencia (zera) bendeciría el mundo entero, dándole la oportunidad a quien no es descendiente físico de Abraham, de ser parte de su pueblo, a través del sacrificio del Mesías prometido, Yeshúa, como una puerta que se abre definitivamente para todos los que aceptando la sangre del Cordero y aman sus mandamientos. Hoy ya entendemos que tenemos la ciudadanía de Israel y somos injertados en el mismo olivo, el Olivo de Israel.

El pueblo extranjero, que ahora se nacionaliza como Israelita (Efesios 2) al ser injertado en el olivo (Romanos 11) recibe la misma savia, la misma instrucción que reciben las ramas naturales. Las mismas regulaciones y enseñanzas son para el natural y para el extranjero que viene por su voluntad a ser hijo de YHVH.